los organismos son capaces de mantener un medio interno estable dentro de ciertos límites a pesar de que intercambian materiales continuamente con el mundo externo. Esto es posible por el fenómeno de homeostasis, término que deriva de la palabra griega homeo, que significa "igual", y Stasis que significa "posición". Los seres vivos son homeostáticos, es decir, se mantienen en el estado estable de la operación interna de un organismo sin importar los cambios del exterior. En los seres vivos, las miles de reacciones químicas que se producen forman parte de un sistema coordinado en e tiempo y en el espacio, permitiendo al organismo mantener su identidad bioquímica y funcional a pesar de los cambios del medio exterior.
Los seres vivos tienen un conjunto de mecanismos autorreguladores mediante los cuales se mantiene la homeostasis, que les permite alcanzar la estabilidad en las propiedades de su medio interno independientemente de las condiciones externas del medio ambiente. La homeostasis se da en los diferentes sistemas de organización como son: La célula, el tejido, el órgano, el sistema y el individuo.
Los mecanismos reguladores son:
La temperatura
Los niveles de líquido intracelular
La composición química de la sangre
Los tejidos
Los procesos de digestión y excreción
Los mecanismos homeostáticos involucran un consumo de energía para mantenerse en un equilibrio dinámico. Si el equilibrio se altera y los mecanismos homeostáticos son incapaces de recuperarlo, el organismo puede enfermar, incluso morir. La homeostasis requiere que el organismo sea capaz de detectar los cambios que se dan en su interior para que pueda controlarlos.
El aparato circulatorio es importante para el mantenimiento de la homeostasis; está facultado para transportar nutrimentos a los tejidos y productos de desecho; además, participa en la regulación de la temperatura corporal y en el sistema inmune.
Las concentraciones de sustancias de la sangre controlan otros órganos:
El aparato respiratorio y el sistema nervioso regulan el nivel de dióxido de carbono que existe en la sangre y el líquido extracelular;
El hígado y el páncreas regulan la producción, el consumo y las reservas de glucosa;
los riñones son encargados de la concentración de hidrógeno, sodio, potasio e iones de fosfato